Si su investigación genealógica lo conduce hasta un determinado cementerio, es posible que busque sacar de allí la mejor información, para lo que también deseará poner en buen estado las lápidas olvidadas. ¿Cómo lograrlo?
Antes que nada, debería saber que las lápidas son una parte muy importante de la herencia nacional, por lo que se debe tener mucho cuidado con las mismas, al igual que cuando se manejan otros populares y antiguos tesoros de arte.
De hecho, algunos cementerios deniegan el permiso a las personas de frotar las lápidas, debido a los daños que han provocado otros, por lo que siempre debe asegurarse de tener el permiso para hacerlo, o saber sobre las regulaciones locales.
Luego, debería tener en cuenta utilizar ropa protectora, incluyendo guantes, y estar alerta a todas circunstancias potencialmente imprevistas. Traiga consigo un móvil con cámara de mucha resolución, papel y lápiz para copiar las inscripciones de la lápida, o celular con grabadora, y no se olvide de limpiar sus materiales.
Los mapas son fundamentales para localizar los cementerios en lugares desconocidos. Si tiene mapas regionales, mapas de calles locales, y guías de teléfonos importantes podrá asegurarse encontrar el
cementerio, pero sino, en los pueblos, barrios o bosques que no conoce, podría llegar a perderse.
Sacando una impresión de las inscripciones
Además de las fotografías y las notas que tome, su tarea fundamental en el cementerio será obtener una impresión de las inscripciones de la lápida, de modo de llevarse con usted un registro “al natural” de la lápida de su antepasado.
Esto se logra una manera bastante sencilla, y que usted seguramente habrá experimentado cuando era niño: se coloca un papel cubriendo toda la lápida, se frota el papel, y se obtiene un “facsímil” de la
lápida.
Si bien, hacen falta algunos elementos además del lápiz, el papel y la moneda que usábamos cuando éramos niños, la esencia es la misma.
Precauciones
No se olvide de traer alguna cinta de enmascarar para sostener el papel en la lápida cuando la copie, y quizá un par de tijeras para cortar el papel si es necesario.
Si utiliza tiza o carbón, puede querer preservar el trabajo terminado para prevenir que los mismos se desprendan con el tiempo. En las tiendas de arte y librerías artísticas podrá conseguir el spray de fijación que necesitará.
Tenga mucho cuidado con cualquier resquebrajadura o separación en la piedra, pues cualquier presión o fricción en estas áreas poco sólidas las podrían dañar seriamente.
Asegúrese de cubrir la piedra entera con el papel, para que el compuesto con el que la frote, no termine dañándola.
Registre la información contenida en el reverso de la lápida.
Asegúrese de probar los materiales y técnicas que utilizará, para proteger las piedras de algún elemento que pudiera dañarla.
Empezando el trabajo
La mejor época del año para realizar la búsqueda en un cementerio en estado de abandono, es en la primavera, antes de que uno se pueda topar con malezas y alimañas. También es el mejor momento porque las lluvias o nieves del invierno seguramente han limpiado parte del musgo de las lápidas.
Debería llevar asimismo vinagre y una esponja o trapos suaves, para limpiar las piedras sucias. Una vez que esparza el vinagre, seguramente podrá aclarar las piedras y verlas mejor. Nunca utilice un cepillo de alambre ni otros instrumentos abrasivos para limpiar las lápidas, o sólo las rayará y las mismas se leerán aún peor.
En caso de que no alcance con el vinagre para limpiar la piedra, utilice un cepillo suave y tenga mucho cuidado al pasarlo. Asegúrese de saber bien qué con que clase de piedra trabajará, para saber si el
material es muy sensible, con lo que al restregarlo se podría eliminar la inscripción. Si hay nieve en el suelo, trate de aprovecharla para ayudarse a limpiar la piedra.
Frotando las lápidas
La primera consideración que debe tener en cuenta al frotar las piedras, es la protección de las mismas. Algunos papeles y materiales de colores son inconvenientes por que dejan que el color penetre en
las piedras. Pruébelas en otra parte antes del cementerio. No utilice jamás ningún material sobre el que tenga dudas.
Evite frotar las piedras quebradas, erosionadas o dañadas, así como las piedras en donde hay musgo. Si las limpia con algo áspero, se podrían producir resquebrajaduras a medida que se la frote, y
entonces se arriesgará mutilarla.
Asegúrese de probar primero la piedra para ver si es hueca o si está quebrada. En cualquier de estos casos, no la frote jamás haciendo fricción o presión, pues puede dañar seriamente a esas clases de piedras.
Para obtener una buena foto, puede colocar un papel sobre las inscripciones talladas, y luego trazar los contornos sobre el papel, mediante el frotado de una carbonilla, que se puede conseguir en cualquier librería escolar.
Asegúrese de que el papel que está utilizando sea mucho más grande que la lápida, y péguelo a la piedra con cinta de enmascarar, de modo que no se corran riesgos de tocar la lápida. Lo mejor para cerciorarse que el papel cubre completamente el frente de la piedra, será doblándolo sobre la parte superior y los costados.
La cinta de enmascarar sirve para que no quede ninguna marca en la lápida. Es necesario también tener el papel en el lugar para que no se mueva mientras lo dibuja.
Se puede utilizar un papel sintético llamado Aqaba, que sirve incluso en condiciones de humedad. También existe una cera especial que no mancha ni se funde, incluso en los climas más cálidos.
La frotación será mucho más efectiva si se utilizan trazos largos. Comience también frotando por los bordes para tener una referencia y seguir a partir de allí. Trate de iluminar de cerca la lápida
desde el principio, para que pueda ver como le ha quedado y, a través de ello, rellenar u oscurecer estas partes.
Por último, asegúrese de incluir los bordes exteriores de la piedra, para que la lápida quede con una buena apariencia general. Si hay texto o un diseño grabado en la piedra, asegúrese de limpiarlo
muy bien también en los bordes de las letras.
No frote en diferentes direcciones ni en círculos, sino en una dirección general.
Fotografías
Las fotografías de lápidas se deben hacer sólo con buena luz del sol. Los días nublados, producen fotos inferiores. La luz del sol debe caer sobre la lápida, en un ángulo de no más de 30 grados.
Si el sol está frente a la lápida, en lugar de desde el costado o la parte superior, los detalles del diseño de la piedra no se verán muy claramente.
La luz solar que ideal, que “pega” en estos ángulos favorables de las lápidas, suele permanecer por un período de entre una y una hora o media cada día, por lo que el fotógrafo debe saber en que momento del día concurrir allí.
La dependencia de la posición del sol puede ser evitada mediante el uso de un espejo. El espejo se puede utilizar para iluminar alguna lápida en la sombra, reflejando en el mismo la luz solar.
Si se está interesado en fotografiar sólo una parte de la lápida, no se tiene que utilizar un espejo del tamaño completo de la piedra, pero este sí puede ser necesario para una foto de la lápida entera. Intente tener el espejo enmarcado para evitar su rotura.
No utilice un espejo con divisiones, pues el mismo podría complicarle la iluminación. Para lápidas que estén a las sombra de árboles, por ejemplo, el espejo se puede posicionar hasta a 50 metros de distancia.
Un espejo con vidrio plateado es lo mejor. Si la firma del tallador aparece en la lápida, utilizar el espejo para fotografiarla puede ser el mejor método para que la misma salga neta y clara.
Si se quiere ir más allá del celular, se puede utilizar un lente macro A50mm en la cámara reflex 35 Mm., el cual permite acercarse mucho para las fotos de detalles.
Pero si no tiene un lente macro no se desespere, pues también podría utilizar una lupa. Solo la debe tener derecha delante de su lente normal.
Solo debe encuadrar y hacer foco, dejando siempre un espacio para cerciorarse de obtener la exposición correcta.
Por las dudas, tome tres fotos, una de exposición normal, otra sobreexpuesta y una última con baja exposición, lo cual será el seguro fotográfico más barato.
La cámara se debe posicionar de una forma tal que los costados de las lápidas se vean de forma paralela con los marcos de la foto. Si la cámara apunta hacia arriba o hacia abajo, la foto de las lápidas será peor.
La cámara se debe posicionar lo suficientemente cercana a la lápida como para que cubra la foto entera.
Los objetos no pertinentes y desagradables deben ser eliminados del fondo, mediante el uso de una pizarra. Se debe colocar almohadón o un pedazo de gomaespuma entre la piedra y la tabla para prevenir que estas se rasguen.
El color más conveniente, es el blanco sobre fórmica. El gris debe ser evitado, pues se tenderá a unir con el color de la piedra. La fórmica debe ser montada en 1/4″ de contrachapado.
El contrachapado debe ser lo suficientemente más ancho que la fórmica a los costados como para que se puedan cortar agujeros para sostenerla.
La pizarra se debe cortar tan grande como entre en el auto. Las manchas y los rasguños que queden en la pizarra se pueden quitar con cera de muebles.
Las fotos no se pueden tomar si hay nieve en el suelo, pues el reflejo de la luz solar en la nieve impide ver bien la lápida, aunque el uso de un espejo sí es conveniente, pues permite direccionar la luz y
hacer ver la lápida muy claramente.
Recuerde que estas ideas se utilizan sólo para la documentación de las lápidas. Para las fotografías artísticas no existen más reglas que las de su propio juicio y gusto.