Conozcamos la primer mikve de Israel abierta para todos los que deseen usarla como medio de transformación espiritual, de la manera que elijan
La rabina israelí Haviva Ner-David fue ordenada en privado en 2005 por Aryeh Strikovsky, un rabino ortodoxo de Jerusalén, y se define a si misma como “rabina inter-espiritual post-confesional”.
Traducido: no se adscribe a ninguna pero dialoga con todas las denominaciones religiosas judías (ortodoxos, masorties, reformistas, etc.), y se ocupa del desarrollo espiritual de las personas, cualquiera sea su religión.
A partir de esa vocación fundó “Shmaya: una mikve para la mete, el cuerpo y el alma” en el kibutz Hanaton, ubicado en la Galilea y en el que vive,
Shmaya se describe como “abierta a cualquiera que quiera realizar la inmersión, de la manera que elija… abierta para personas de todas las edades, religiones y géneros. Es un lugar único donde suceden cosas mágicas“.
Coherentes con esos principios, en Shmaya no hay “balanit” o asistente de mikve (si viste “Poco ortodoxa”, es la persona que la recibe y la revista en la mikve) que revise a la gente en la entrada o antes de la inmersión.
Ofrecen la opción de acompañamiento, físico y/o espiritual antes de la inmersión y ayuda para preparar una ceremonia personalizada, pero para los que prefieren hacerlo sol@s o con el acompañamiento de otra persona (u otras personas) de su elección, simplemente les dejan llave afuera para que vayan y vengan a su parecer.
También ofrecen orientación y guía para cada un@ cree sus propias ceremonias únicas o kavanot (intenciones sinceras o directas del corazón) para sus inmersiones. .
El poder espiritual de la mikve
Así lo explica Rabi Haviva Ner-David:
“En la historia de la Creación, todo era agua y Espíritu Divino. Todo era paz y unidad. De esa perfecta y húmeda integridad, el útero de D’s, D’s dio a luz un mundo de separación, que es la condición humana.
Pero D’s nos dejó un remanente de esa totalidad en nuestro imperfecto mundo, en forma de “mikve maiim”, una masa de agua: un manantial, un lago, un océano o una cisterna de agua de lluvia.
Con el acto ritual de inmersión completa del cuerpo en una mikve, tenemos la oportunidad de conectarnos con esa unidad intemporal y con el Espíritu Divino que fluye a través de todos nosotros.
Después de todo, cada uno de nosotros está compuesto de hasta un 75% de agua. Cuando sumergimos nuestros cuerpos por completo, nos reconectamos con nuestro ser Divino interno, con nuestros centros espirituales, y renacemos en nuestro continuo devenir.
La inmersión en la mikve es un ritual de transición y transformación. En momentos clave de nuestras vidas, tiempos de cambio, es cuando somo quizás más vulnerables; pero también cuando estamos más abiertos al crecimiento y a la sanación.
El agua nos ablanda, disuelve todo lo que pensábamos que éramos, dejando solo lo que siempre será: nuestra esencia más profunda e inmutable.
A medida que experimentamos estar en el útero divino, decidimos qué dejar en el agua y qué llevarnos al mundo de la separación.
Reflexionamos con santa intención sobre cómo crecer y sanar de la inevitable impermanencia de la vida. Somos dueños de nuestras transiciones, dándoles forma dentro de nuestro singular viaje espiritual“.
Y así explica la experiencia alguien que la vivió:
“Cuando hice la inmersión en la mikve después de una sesión con Haviva, me llené de asombro y alegría al ver que mi alma había sobrevivido intacta y sin afectar después de todo lo que me había pasado.
Me han dado un regalo increíble: descubrir que mi alma resplandeciente siempre estará disponible para mí. La mikve funciona en un nivel inconsciente tan profundo.
Entras con confianza en la experiencia de inmersión y en otro plano de la existencia, debajo de la conciencia normal. No tenía idea de que se sentiría como algo tan profundo“.
En Shmaya la mikve se utiliza para todas las circunstancias habituales (nidá, conversiones, prenupciales, etc), y está abierta a todas las personas (hombres, mujeres, trans, LGBTI+), para uso individual, en pareja o grupal, para judíos y no judíos (mucha gente va para aprender o vivir la experiencia de la mikve).
Pero lo más notable es la cantidad de gente que acude en ocasión de transiciones vitales del más diverso tipo. Por ejemplo, hay gente que fue para:
– hacer un ritual de transición para refrendar una decisión de cambiar de carrera, o suspenderla para dedicarse a l@s hij@s
– hacer una ceremonia de renovación de amistad luego de un tiempo de disputas- olim (inmigrantes) recién llegados, para marcar su transición
– gente que había viajado a Israel como medio de sanación para momentos difíciles en sus vidas
– y un largo etcétera