El 7 de febrero de 1912, fallece Edward Wilmot Blyden, considerado como el principal precursor del panafricanismo, al que concibió tomando como modelo al sionismo
En esta fecha de 1912 fallece el educador, escritor diplomático y político Eddward Wilmot Blyden, considerado como el principal precursor del panafricanismo.
Nacido en Charlotte-Amalie, capital de St. Thomas, Blyden se enorgullecía de su ascendencia africana “pura”, pero también apreciaba sus estrechos lazos culturales con los judíos, comenzando por los miembros de la comunidad de Charlotte-Amalie, cuna -entre otros- del pintor impresionista Camille Pissarro.
Blyden solía presenciar los servicios de Iom Kipur, y de joven entabló amistad con David Cardoze (Cardozo), futuro rabino y quien le enseñó rudimentos de hebreo.
Blyden conoció la discriminación cuando viajó a los Estados Unidos en 1850, y fue enviado como agente de la Sociedad Americana de Colonización a Liberia, el experimento estadounidense de “retorno a Africa” que en 1847 se convirtió en una nación independiente.
Dedicó el resto de su vida a África, como educador, publicista y diplomático, y realizó un viaje a Jerusalén en 1866, sobre el que escribió en “From West Africa to Palestine” (1873).
Allí sobre “ese maravilloso movimiento llamado sionismo“, y predijo que “los judíos serán restaurados en la tierra de sus padres una vez que se termine “el mal gobierno de los turcos”.
Blyden anhelaba el surgimiento entre los afroamericanos de líderes para movilizar el retorno selectivo de algunos de aquellos para ayudar a regenerar África.
Estaba fascinado por el meteórico ascenso de Herzl como el “nuevo Moisés” del sionismo
Su respuesta a Der Judenstaat y al primer y segundo congreso sionista, realizados en 1897 y 1898, fue un panfleto, “The Jewish Question” (1898).
Allí expresa su idea de que el sionismo era un modelo para lo que él llamaba “etiopianismo”, y que los afroamericanos podían regresar a África y redimirla.
Creía que la independencia política era un requisito previo para la independencia económica y argumentaba que los africanos debían contrarrestar las políticas neocoloniales de las antiguas potencias coloniales.
Blyden escribió que “la historia de la raza africana – su esclavitud, persecución, proscripción y sufrimientos, se parece mucho a la de los judíos“.
También pidió el apoyo judío para África: “Si el mundo tiene una inmensa deuda con los judíos, los judíos así como el resto de la humanidad tienen una inmensa deuda con África; porque fue en ese suelo que algunos nómadas de Asia occidental se establecieron, y, en el horno de la aflicción… llegaron a ser una nación… Ahora, África apela a los judíos“.