El 17 de diciembre de 1914, la policía otomana encarcela y envía a cientos de judíos de Tel Aviv al exilio forzado en Egipto
En esta fecha de 1914, la policía turca (algunas fuentes dicen que la policía beduina) fue de casa en casa en Tel Aviv para obligara cientos de judíos a abordar en el puerto de Jaffa un barco, el Florio, que los llevaría al exilio obligado en Egipto.
Muchos de ellos eran originarios de Rusia, enemiga del desfalleciente Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial, y eran vistos como “quinto columnistas” pese a ser refugiados del antisemitismo y persecuciones zaristas.
Sin embargo, cuando las autoridades centrales otomanas se enteraron de la deportación forzada, ordenaron detenerla por la presión internacional -en especial de Alemania- para que Turquía de muestras de moderación hacia los judíos.
A los judíos que debían salir de la provincia otomana de Palestina se les dio más tiempo para que pudieran planear su partida.
Una segunda deportación de cas 16.000 judíos de Tel Aviv sería ordenada por Ahmed Jamal Pasha, el gobernador militar de la Siria otomana, el 6 de abril de 1917, mientras los británicos se acercaban desde el sur.
La mayoría de los deportados terminaron en regiones del norte de la provincia otomana de Palestina, y la mayoría solo pudo regresar a Tel Aviv cuando los británicos se hicieron con el mando.
“La policía la atrapó en la calle. Ella, su hijo y sus dos hijas -Shoshana y Sarah- fueron enviadas al barco. Las dos hijas fueron separadas de ella en el barco. Su marido no supo lo que pasó hasta la noche en que regresó“.
– Del diario de una deportada en 1914