¿Qué pensaba Gandhi que tendrían que haber hecho los judíos durante la Shoá?
La Biblioteca Nacional de Israel encontró recientemente una carta manuscrita de Gandhi de hace 80 años, que permite echar un vistazo a la compleja relación del padre de la India moderna con el Holocausto y, al mismo tiempo, abrir el debate sobre los límites del pacifismo en relación a los genocidios.
El mismo día en que estallaba la Segunda Guerra Mundial en Europa, Mahatma Gandhi escribió un breve saludo por el Año Nuevo judío a un funcionario judío indio, enviando sus -a la distancia ominosos- buenos deseos a su “afligido pueblo”..
“Le envío mis mejores deseos para tu nuevo año”, escribió Gandhi a Avraham Shohet, director de la Asociación Sionista de Bombay, el 1 de septiembre, de 1939. “Con mis deseos de que el nuevo año signifique una era de paz para su afligido pueblo“.
El famoso pacifista expresó profunda compasión por la difícil situación de los judíos europeos, pero también enfrentó críticas por no alzar la voz con fuerza suficiente contra las persecuciones antisemitas de los nazis.
Gandhi abogó sólo por la resistencia no violenta frente nazis y hasta llegó a enviar una carta conciliatoria a Adolf Hitler en la que se dirigía al Führer como a un “amigo” y escribió que no creía que el dictador alemán fuera el “monstruo” que describían sus oponentes.
“Todas mis simpatías están con los judíos”, escribió Gandhi en un artículo de 1938 en su publicación “Harijan”.
“Si alguna vez pudiera haber una guerra justificable, en nombre de y por la humanidad, la guerra contra Alemania para impedir la persecución desenfrenada de toda una raza estaría completamente justificada. Pero yo no creo en ninguna guerra”.
Gandhi fue igualmente tímido a la hora de apoyar las aspiraciones judías de independencia en Tierra Santa, diciendo que los judos deben participar sólo en la no violencia contra los árabes y “ofrecerse a ser fusilados o arrojados al Mar Muerto sin levantar ni el dedo meñique contra ellos.”
Shohet, un destacado dirigente judío indio, trató de influir en Gandhi para que apoyara más activamente a los judíos. Fueron presentados por Hermann Kallenbach, un íntimo amigo de Gandhi que era también judío y que financió la “Granja de Tolstoi”, el precursor sudafricano del ashram de Gandhi, donde ambos habían vivido juntos.
Los días de Gandhi en Sudáfrica influyeron en su decisión de resistir a la segregación racial y otras injusticias con protestas no violentas, que eventualmente ayudaron a la
India a lograr su independencia del dominio colonial británico en 1947.
No mucho antes de ser asesinado en 1948, Gandhi llamó al Holocausto “el mayor crimen de nuestro tiempo“, aunque adhiriendo todavía a su principio central, el pacifismo.
“Los judíos deberían haberse ofrecido al cuchillo del carnicero. Ellos deberían haberse arrojado al mar desde los acantilados”, dijo, según una de sus biografías. “Hubieran despertado al mundo y al pueblo de Alemania… al final de cuentas, sucumbieron de todos modos por millones”.