El 8 de septiembre de 1628, el corsario Moses Cohen Henriques es decisivo en la Batalla de Matanzas, que le da a los holandeses la mayor victoria sobre los españoles de la historia del Caribe
En esta fecha de 1628, Moses Cohen Henriques, un corsario sefardí portugués, ayuda a una flota holandesa a capturar el tesoro transportado por la armada española en la batalla de Matanzas.
La captura tuvo lugar en la bahía cubana de ese nombre. De los dieciséis barcos españoles interceptados, cuatro huyeron pero quedaron atrapados en la bahía, y muchos otros fueron obligados a rendirse.
Los holandeses se hicieron con un enorme botín -equivalente a mil millones de dólares actuales- sin derramamiento de sangre, y permitieron que las tripulaciones españolas vuelvan, con suministros, a La Habana.
Henriques fue quien lideró la inmigración judía al Brasil holandés, y estableció su propia isla del tesoro frente a la costa brasileña.
Cuando Portugal recuperó Recife en 1654, Henriques abandonó la zona y se unió a Henry Morgan, el principal pirata de la época.
Henriques era un tipo diferente de pirata. Evaluaba sus objetivos cuidadosamente, reunía inteligencia en gran detalle, aborreció la violencia innecesaria y era generoso con sus cautivos.
Se negaba a venderlos como esclavos, y en lugar de ello los liberaba en el puerto seguro más cercano.
La batalla de Matanzas fue una hazaña única: Henriques fue el único corsario en doscientos años en capturar un galeón del tesoro español y apoderarse de su carga sin dañar a nadie a bordo.