El 9 de noviembre de 1938, comienza la “Noche de los cristales rotos”, el paso previo al Holocausto y el pogrom de mayor escala de la historia
La noche de los cristales rotos (en alemán, Novemberpogrome 1938 o Kristallnacht) fue una serie de linchamientos y ataques coordinados contra la comunidad judía, ocurridos en la Alemania nazi y en Austria.
Fue perpetrado por las tropas de asalto de las SA junto con la población civil, mientras policías y bomberos solo observaban, cumpliendo las órdenes de los nazis de no interferir.
El pogrom tomó por blanco a la población judía, sus propiedades y sus sinagogas. Los ataques dejaron las calles cubiertas de vidrios rotos pertenecientes a los escaparates de las tiendas y a las ventanas de los edificios de propiedad judía.
Al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados durante los ataques y otros 30 000 fueron hechos prisioneros y posteriormente deportados en masa a los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau.
Las casas de la población judía, así como sus hospitales y sus escuelas, fueron saqueadas y destruidas por los atacantes, que las demolieron con mazos.
Más de 1000 sinagogas fueron incendiadas -95 solo en Viena- y más de 7000 tiendas de propiedad judía fueron destruidas o seriamente dañadas.
La Kristallnacht fue seguida por una persistente persecución política y económica a la población judía, y es considerada por los historiadores como el paso previo al Holocausto.