Dicen que en la sinagoga viejo-nueva de Praga se encuentran los restos del Golem. Y no es la única leyenda que la tiene por protagonista…
La Sinagoga Viejo-Nueva (Staronova synagoga) es la construcción más antigua del Barrio Judío praguense y a la vez una de las más antiguas sinagogas europeas qua se han conservado hasta nuestros días. Viene funcionando como la sinagoga mayor de la judería praguense desde hace más de 700 años.
Fue levantada en el último cuarto del siglo XIII por los canteros de la Casa de Fundición Real quienes elevaron también la Iglesia de Santa Inés situada en las inmediaciones de la misma.
La sinagoga es un testimonio de la importante y prestigiosa posición que ocupaba la entonces comunidad hebrea en Praga.
Antaño fue conocida bajo el nombre de la Sinagoga Nueva o Grande y tras la aparición de las otras nuevas sinagogas a finales del siglo XVI pasó a denominarse Viejo-Nueva (Altneuschul).
No obstante, hay una leyenda judía praguense que explica el origen de su nombre de otra forma:
Dicen que las piedras angulares para su construcción fueron traídas por los ángeles tras la caída del Templo de Jerusalén bajo la condición – en hebreo al-tenaj – de que serían devueltas una vez éste fuera reedificado.
La Sinagoga Viejo-Nueva siempre era muy respetada tanto por la comunidad judía praguense como fuera de ella. Y a lo largo de los siglos surgió en torno suyo un rico tejido de leyendas e historias.
Una leyenda cuenta que siempre que había un incendio, la sinagoga era protegida por las alas de los ángeles convertidos en palomas blancas, y gracias a ello se ha conservado sin mayores daños hasta nuestros tiempos.
Otra leyenda dice que en el desván de la sinagoga están guardados los restos de Golem, un ser sobrenatural creado por el gran rabino Loew con el fin de proteger a la comunidad judía en Praga.
La Sinagoga Viejo-Nueva es la muestra más antigua de la típica sinagoga medieval de dos naves conservada hasta el presente.
Se trata de un edificio de planta rectangular con un elevado tejado de dos vertientes y hastiales góticos, cuyos gruesos muros exteriores están reforzados con contrafuertes.
A los tres lados del cuerpo principal del edificio se extienden instalaciones adjuntas sirviendo como vestíbulo de la sinagoga y naves femeninas, comunicadas con la sala de oración a través de pequeños orificios que permiten asistir al servicio religioso.
El suelo de la nave principal de la sinagoga está – en señal de humildad conforme a la tradición – un nivel más bajo que el terreno adyacente.
En el vestíbulo se encuentran dos cajas de estilo barroco temprano que servían para recaudar los impuestos judíos procedentes de todo el reino.
El espacio interior de la Sinagoga Viejo-Nueva va cubierto con una bóveda nervada sexpartita formada de cinco arcos dividiendo la plementería en seis partes,. y sustentada por dos pilares octogonales.
Las doce ventanas ojivales simbolizan las Doce Tribus de Israel. Las consolas y los capiteles de piedra presentan decoraciones en relieve con diversos motivos vegetales prevaleciendo los de las vides.
Desde el punto de vista del valor artístico destaca la decoración del tímpano del santuario y de las claves de las bóvedas.
La estrecha relación que guarda la decoración de la Sinagoga Viejo-Nueva con las demás edificaciones de estilo gótico temprano nos permite datar su construcción hacia el aro 1270.
En el centro de la sala de oración se encuentra una plataforma elevada con una mesa donde se da la lectura de la Torá (bima, almemor), separada del resto del espacio interior por una rejilla de estilo gótico tardío.
Los rollos de la Torá se guardan en el Arca de la Torá (arón hacodesh) situada en la pared oriental mirando a Jerusalén.
El Arca está cubierta por una cortina bordada (parojet) y una cobertura (kaporet) decoradas con símbolos que evocan el Templo de Jerusalén.
Ante el Arca cuelga la luz eterna (Ner Tamid) y a su lado derecho se ubica un atril de piedra para el cantor (amud) quién desde allí conduce el servicio de oraciones.
En la Sinagoga Viejo-Nueva se ha conservado la disposición original de los asientos dispuestos a lo largo de las paredes como era común en las sinagogas de antaño.
En los muros exteriores se pueden observar las jambas de los nichos, recientemente descubiertos, que antiguamente servían para guardar los objetos litúrgicos y los libros sagrados.
Para alumbrar la sala de oración sirven numerosas arañas de bronce de los siglos 16-18 y los reflectores de cobre colocados en las paredes.
La decoración interior se ve completada por una alta bandera – un símbolo de la importante y prestigiosa posición que ocupaba la entonces comunidad hebrea praguense.
Hay constancias de que se viene utilizando desde finales del siglo XV. Su aspecto actual lo adquirió en la época del emperador Carlos VI.
La estandarte lleva en su centro la estrella de David de seis puntas y un sombrero judío en el medio, que representa el escudo de la Comunidad Hebrea de Praga ya desde el siglo Xv. En los bordes de la bandera va escrito el texto de la plegaria Shemá Israel que es una manifestación del credo judío.
Debido a que la Sinagoga Viejo-Nueva siempre ha sido la sinagoga mayor de la comunidad judía en Praga, se desempeñaban en ella como rabinos los personajes más ilustres.
En el siglo XVI fueron, por ejemplo, el rabí Eliezer Ashkenayi, Mordechaj ben Abraham Jaffe, Jehuda Leva ben Bezalel- el gran rabino Loew o su alumno más destacado Jom Tov Lipmann Heller, conocido por su excelente comentario de la Misná.
Más tarde se desempeñó aquí el rabino superior de Praga, Ezechiel Landau, una autoridad importante de la erudición rabínica tradicional, y el rabino superior Slomo Jehuda Rapapport, representante principal de la iluminación judía (la Haskalá).
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