El barrio judío de Budapest es uno de los mejor conservados y sin duda el más “vivo” de Europa del Este. Acompáñanos a conocerlo…
Dónde alojarse en Budapest Budapest se llama así porque originalmente estaba formada por dos poblaciones, Pest y Buda, separadas por un río. Los mayores atractivos turísticos -incluidos los de interés judíos- se encuentran en Pest, así que es allí donde conviene alojarse. Y dentro de Pest, la mejor zona es sin duda el Distrito judío: está cerca de todo y es la zona más “cool” de Budapest, algo así como el Palermo o el Soho de la ciudad, con gran cantidad de restaurantes, bares, pubs y negocios de todo tipo, con mucha onda y mucho movimiento de jóvenes. No te pierdas, sobre todo, los “ruins pubs”, bares instalados a partir de la década del 2000 en construcciones en decadencia que habían quedado abandonadas luego del Holocausto. El recuerdo del origen de ese abandono no es nada placentero, pero verlos llenos de vida nuevamente reconforta un poco.
Para conocerlos, te recomendamos Szimpla Kert en la calle Kazinczy, el bar en ruinas de mayor fama mundial, lindante con una mikve (baño ritual judío).
Además de que concentra la mayoría de los puntos de interés judío, claro está.
Nosotros nos alojamos en un apart que nos gustó mucho, en una especie de pasaje/calle cerrada de 200 metros de largo llamada Goszdu Udvar, llena de restaurantes y bares. ¡Mucha, mucha onda!
Recorrido por el distrito judío de Pest, hora por hora
09:00 Comenzamos nuestro día de caminata, saliendo por uno de los pasajes transversales a Kiraly y tomamos Rumbach.
Sobre esa calle hay una de las 3 sinagogas del recorrido. La entrada es barata, pero realmente no hay nada significativo para ver. Hoy en día no está en uso sino, en proceso de restauración para convertirla en museo.
Retomamos camino y esta vez caminamos por Dob Utca (calle paralela a Kiraly que también rodea Goszdu). Salimos hacia la izquierda y a las pocas cuadras nos encontramos en Klauzal ter.
Esta plaza era la más grande del barrio judío y funcionaba como punto de encuentro. Hoy en día solo tiene una placa alusiva y es el punto de encuentro, pero de homeless.
Volvimos 2 cuadras y doblamos a la derecha en Kazinczy utca. Entramos a la sinagoga ortodoxa, la recorrimos y salimos. La entrada no es muy cara y se puede pagar en florints, euros e incluso dólares americanos (nunca conviene pagar en euros).
A la vuelta de la sinagoga hay un patio donde se puede pasar libremente, y hay una “jupa” de hierro (estructura donde se lleva a cabo el casamiento judío).
11:00 Seguimos caminando unos metros en la misma dirección hasta doblar en Wesselenyi U. Bordeamos la sinagoga que debe su nombre a la calle en la que se encuentra, y llegamos a la entrada en Dohany Utca de:
La sinagoga Dohany
Antes de entrar notamos que la plazoleta llevaba el nombre de Teodoro Herzl, el padre del sionismo que nació y vivió donde hoy en día se encuentra el museo judío.
La sinagoga Dohany está en un complejo muy grande. Esto se debe a que no es solo una sinagoga, también está al museo judío, hay un patio con esculturas, exposiciones temporarias y un espacio que solía funcionar como plaza.
La historia de esta última parte es muy triste realmente. Ese sector solía funcionar como punto de encuentro de los judíos del barrio. Durante la segunda guerra los nazis (con apoyo del gobierno local), instalaron allí un gueto judío.
Al comenzar las muertes en esa parte y no tener donde enterrarlos, tuvieron que sacrificar esa plaza que tantos buenos recuerdos les traía, y colocar en ese lugar una fosa común.
Es por eso que hoy en día es un cementerio, y contiene algunas placas con los nombres de aquellos que pudieron ser reconocidos.
Pese a que la religión judía no avala el hecho de instalar un cementerio cerca de una sinagoga, decidió hacerse una excepción por las circunstancias.
La entrada al complejo es gratuita. Exceptuando el museo y la sinagoga, uno puede entrar, visitar y recorrer como desee. Si se arrepienten y desean visitar alguno de esos lugares van a tener que salir y comprar las entradas fuera del complejo.
El museo no es muy grande, depende cuán interesado está cada uno, y toma más o menos una hora recorrerlo completo.
Más que nada es un museo explicativo de la vida judía, sus festividades costumbres y demás. Hay una segunda parte formada por una muestra de fotografías del holocausto.
La sinagoga por otra parte, si es muy interesante. A diferencia de prácticamente todas las sinagogas, por fuera se distingue por su tamaño y decoración de estilo oriental.
Por dentro parece una iglesia, tiene techos altos, decoraciones majestuosas e incluso púlpitos.
En gran parte esta particularidad se debe a que la sinagoga no es ortodoxa sino “Neolog”, algo así como el reformismo en versión húngara.
Según dicen, es la segunda sinagoga más grande del mundo después del templo Emanuel en New York.
La entrada a la sinagoga incluye una guía en varios idiomas. Deben averiguar cuáles son los horarios del tour en el idioma que quieran, pero vale la pena esperar.
En caso de tener la posibilidad, conviene hacer esta parte primero ya que después (dependiendo de la simpatía del guía y de los tiempos), se recorre el resto del complejo.
Es interesante porque les cuentan la historia del cementerio y explican las obras de arte del patio.
15:00 Entrada la tarde y habiendo terminado todo el complejo, decidimos sentarnos a almorzar. De pasada habíamos visto un lugar que parecía agradable y de comida elaborada pero rápida, lo cual nos venía bien debido a la hora.
El lugar queda sobre la calle Dob, a pocos metros de Klauzal ter y se llama “Ricsi Street food”. Es un puesto callejero fijo, con mesas al aire libre. Tienen comida judía de todo el mundo, un plato de cada región (o así dicen).
Tienen sándwiches de carne, cordero con cous cous marroquí, knishes (masa rellena) de diferentes carnes , ensalada taboule, etc. Las opciones son varias, la comida es rápida, gustosa y barata, y el lugar es muy agradable.
Al fondo hay una especie de bar donde se pueden pedir tragos con o sin alcohol. El lugar abre todos los días y hasta tarde.
Por la tarde
16:30 Teniendo un bibliófilo en el grupo, siempre hay un momento del viaje dedicado a esa actividad. Entramos a varias pequeñas librerías pero sin duda hay que recomendar “Massolit Books”. Es una sucursal de una librería de Cracovia que tiene miles de libros y mucha variedad en inglés.
Lejos de ser una cadena de librerías, el espacio es pequeño y lleno de recovecos, donde hay que ir metiéndose. Dentro hay un café donde los acompañantes se pueden sentar a descansar.
Para cenar
21:30 Por suerte los restaurantes en Budapest cierran bastante más tarde que en otras partes de Europa y del mundo. Habiendo recuperado un poco de fuerzas, decidimos ir a caminar más cerca del departamento. Entramos a “Spinoza”, sobre la calle Dob.
Es un restaurante típico, famoso y recomendado en todas las guías. Tiene comida judeo-húngara y, salvo las carnes exóticas, los platos son abundantes. ¡Muy recomendable el goulash!
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