Un hallazgo arqueológico permite echar a una mirada a las tesorerías reales de la época del Primer Templo en Jerusalén
Docenas de impresiones de sellos de arcilla con inscripciones recuperadas durante excavaciones cerca del Monte del Templo han sido identificadas como evidencia de dos tesorerías de la antigua Jerusalén de fines del siglo VIII aec, según los arqueólogos.
Los arqueólogos dijeron que las impresiones de arcilla, o “bullae”, se utilizaron para la gestión de los depósitos durante el período del Primer Templo.
En la antigüedad, se presionaban trozos de arcilla sobre el nudo de una cuerda que sujetaba el pomo de una puerta o un recipiente, y el administrador de una tesorería luego imprimía su sello, o el de su superior, sobre la arcilla para evitar que otros la manipularan.
Los arqueólogos Zachi Dvira y el Dr. Gabriel Barkay encontraron que en el reverso de varias bullae halladas en Jerusalén aparecía una impresión de tela tejida, lo que indicaba que algunas habían estado unidas a pequeñas bolsas que contenían piezas de plata o metales preciosos, mientras que otras probablemente estaban unidas a la tela que cubría las vasijas de cerámica utilizadas para almacenar productos agrícolas.
Los hallazgos se produjeron durante el tamizado de suelo del Monte del Templo y en las excavaciones en el Parque Ofel adyacente al mismo.
Los investigadores dijeron que constituyen evidencia concreta de la existencia de dos tesorerías centrales en Jerusalén, que administraban la economía del Reino de Judá.
Según ellos, los nombres que aparecían en las bullas en escritura paleohebrea eran los de los principales tesoreros a cargo del llamado Tesoro del Templo y del Tesoro Real del Reino de Judá.
El Tesoro Real estaba ubicado en el “Edificio Real” ubicado en el Parque Ofel, en el que se encontraron numerosas tinajas de almacenamiento y al menos 34 bullae. Casi la mitad de ellas tenían impresiones de tela tejida.
El nombre completo en uno de los sellos era Hisilyahu, hijo de Immer, quien aparentemente era uno de los funcionarios que administraban los llamados Tesoros del Templo, vinculado a una familia sacerdotal que sirvió en el Templo en el siglo VII o principios del VI aec.
Otros artefactos descubiertos en el edificio refuerzan la teoría de que era una tesorería, ya que se encontró una inscripción parcial en un frasco de almacenamiento que podría leerse como “ministro de las tesorerías”.