Dice la Torá que los hebreos liberados, alimentados solo con maná, lamentaban la rica variedad de alimentos que dejaron al salir de Egipto, incluida la sandía…
La palabra sandía se menciona solo una vez en la Biblia.
En Números 11: 5-6, los hebreos lamentan la rica variedad de alimentos que dejaron al salir de Egipto: “Recordamos el pescado que comíamos sin costo en Egipto, los pepinos y las sandías, y los puerros, cebollas y ajos…”
Según los especialistas, la palabra “sandía” en hebreo, “avatiaj” (”batij”) en árabe, provendría del antiguo idioma egipcio.
Pero los israelitas habrían vuelto a probar la dulce pulpa de la sandía al llegar a Canaán: se encontraron restos de sandía en Tel Arad y en Moab, datados en la Edad de Bronce.
La mención bíblica se corresponde con los hallazgos arqueológicos en Egipto: se encontraron semillas de sandía de 3300 años de antigüedad enterradas junto al faraón Tutankamón, y en una pintura de una tumba de hace 4300 años se muestra un trozo de sandía servida en una bandeja junto con otras frutas dulces, como las uvas.
Ahora, la historia del origen de la sandía ha dado un giro. Siempre se creyó que era efectivamente originaria de Egipto, pero una nueva investigación sugiere que proviene de más al sur, de una variedad sudanesa silvestre.
En un nuevo estudio dirigido por Susanne Renner, botánica de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich, que se publicó en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América (PNAS), un equipo de científicos secuenció el genoma de la sandía que se encuentra comúnmente en la actualidad. (Citrullus lanatus) junto con seis especies de sandías silvestres, incluido el melón Kordofan de Sudán (C. lanatus subsp. Cordophanus).
Utilizando un enfoque integrador, descubrieron que esa variedad sudanesa, de pulpa blanquecina y no amarga, conocida como melón Kordofan, es el pariente más cercano de las sandías actuales y su posible antepasado.
Este melón blanco se diferenció tempranamente de su pariente, el pepino, escriben los autores: El análisis de los investigadores sugiere que los primeros agricultores comenzaron a cultivar sandías que ya no eran amargas, y diferentes de otras cucurbitáceas domesticadas como el pepino.