Shavuot es la fiesta de la entrega de la Torá. Y resulta más que lógico que se la celebre leyendo y estudiando…
Amidá y Parashá En Shavuot se hace un agregado especial a la oración central, la Amidá, en los servicios matutinos y vespertinos, llamado Ya’aleh V’yavoh, y también así como en la oración de gracias después de las comidas. Ambos se incluyen en la mayoría de los libros de oración judíos.
Los salmos llamado Halel (Salmos 113-118) también se leen durante el servicio matutino de Shavuot.
La lectura pública de la Torá en Shavuot incluye el recitado de los Diez Mandamientos; toda la congregación se pone de pie, como parte de la recreación de la recepción de la Torá (Éxodo 19-20).
En el segundo día, el origen de la festividad como festival de la cosecha es recordado en Deuteronomio.15:19-16:17.
La parte del libro de Números que especifica los sacrificios relevantes se lee también en ambos días (28:26-31). Haftará Una selección del primer capítulo de Ezequiel se lee como lectura de los Profetas para el primer día: durante el cautiverio del pueblo judío en Babilonia, Ezequiel tienen una visión de las criaturas celestiales adorando a Dios.
En el segundo día, se lee una selección de Habacuc (capítulo 3) en la que el profeta recuerda la histórica revelación de Dios durante el éxodo. Ketubá e Izkor
Los judíos sefarditas leen una ketubá (contrato de boda) luego de la apertura del arca de la Torá en la mañana de Shavuot, como símbolo de la unión entre Dios (el novio en la ketubá) y el pueblo judío (la novia). En el segundo día se dice Izkor, la oración tradicional destinada a honrar el recuerdo de seres queridos que han fallecido. En todas las festividades, momento de reunión de las familias, somos particularmente sensibles al sentimiento de pérdida por los que ya no están con nosotros.
Esta costumbre es común a muchas festividades, tales como Iom Kipur y Pesaj.
El libro de Ruth
Otra costumbre en Shavuot es la lectura del libro de Ruth, famosa por decidir unirse al pueblo de Israel luego de la muerte de su marido.
En el pasaje más conocido, Ruth le dice a su suegra Naomi: “A donde vayas, yo iré; dondequiera que te alojes, yo me alojaré; tu pueblo sera mi pueblo; tu Dios mi Dios. Donde mueras, moriré, y allí seré enterrada” (Ruth 1: 16-17).
Así como Shavuot representa aceptación de la Torá por el pueblo judío, Ruth “acepta” la Torá a través de su conversión al judaísmo.
Tal vez inspirados por la decisión de Ruth de unir su suerte a la del pueblo judío, quienes están en proceso de convertirse al judaísmo a veces eligen completar su aprendizaje, ir a la mikve (baño ritual), y entran en el pacto de Israel (es decir, completar su conversión) antes de Shavuot.
Algunas mujeres optan por adoptar Ruth como su nombre hebreo. En muchas comunidades, estos judíos por elección son llamados a la Torá por primera vez en Shavuot.
Otros textos de Shavuot
Durante el servicio matutino del primer día de Shavuot, se lee un poema del siglo 11 llamado Akdamut, en el que se enfatiza la lealtad del pueblo judío a la Torá y el amor que Dios demuestra por el pueblo de Israel.
También se incluyen en la liturgia relatos sobre la Revelación y versos rimados sobre las 613 mitzvot (mandamientos) llamados Azarot.
El salmo 68 hace las veces de “himno” de la fiesta, pues se centra en el Éxodo, la Revelación en el monte Sinaí, y la providencia de Dios.
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