Tu Bishvat es la festividad más eco-friendly del calendario judío, una celebración de la Naturaleza y de sus ciclos…
Rosh Hashaná La’ilanot (Año Nuevo de los Arboles)
“Tu Bishvat” significa simplemente “quince de Shvat”, y fue proclamado por los sabios de Israel como el “año nuevo de los árboles”.
La fecha elegida se basa en la tradición del antiguo almanaque agrícola que cuenta sus fechas a partir de mediados de cada mes.
Efectivamente observaron detenidamente las manifestaciones de la naturaleza, y encontraron que, para el quince de Shvat han caído la mayoría de las lluvias del año, la savia sube por las ramas y empiezan a deshojarse las corales de las flores, dejando entrever los tiernos frutos en cierne.
No se acostumbraba a celebrar “Tu Bishvat” en aquella época con alegría y juegos como se hacía con “Tu Beav” (festividad que le era paralela)’ debido al frío reinante en el país, a las lluvias y ventiscas.
Las generaciones que siguieron a la destrucción del Templo de Jerusalem le dieron a “TU Bishvat” el carácter de feriado. En ese día no se imponían ayunos ni duelos, y para las escuelas públicas era feriado, y a veces se servía una comida a los estudiantes.
Los sabios de la Mishná dieron a “Tu Bishvat” la misma importancia que al Año Nuevo, pues anuncia un cambio en el mundo animal y vegetal y es justo que se destaque en la sinagoga y en la escuela.
Año nuevo de los frutos
En el siglo dieciséis, aproximadamente, con la emigración a Eretz Israel de los cabalistas de España y Portugal, se le dio a “Tu Bishvat:” gran importanciai y se lo incluyó en el almanaque de las celebraciones.
El centro espiritual de los cabalistas era Safed. Soñaban con redimir el judaísmo quebrantado y dolorido por la expulsión de España y Portugal y decidieron que el hombre debía participar en la fiesta del árbol.
Los árboles despiertan de su sueño, la savia sube y la floración comienza; por eso, en ese día debemos probar sus frutos y bendecirlos.
La tradición judía indica que el día 15 de Shvat D’s determina el destino del árbol, así como en Rosh Hashaná lo hace con el de las personas, queriendo indicar así que el Creador del Universo cuida de cada una de sus creaciones (y no solo de los seres humanos), determinando su destino.
También suele trazarse una analogía entre el árbol y el ser humano: así como el árbol está en constante crecimiento y produciendo frutos, en Tu Bishvat debemos ocuparnos también de nuestro crecimiento personal y espiritual, de los “frutos” que damos -para nosotros pero también para los demás-, y de aprender y superarnos todos los días, igual que los árboles absorben el agua y los nutrientes del suelo.
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