Las nekudot, esos “puntitos” que indican la pronunciación de las palabras hebrea, tienen para la Kabbalah uno sentido mucho más profundo que facilitarle la vida a quienes están aprendiendo el idioma…
El hebreo no se escribía originalmente con vocales, y el hebreo moderno prescinde casi por completo de ellas. Básicamente, se debe a que casi todas las palabras hebreas tienen una raíz de tres consonantes, las palabras con las mismas consonantes por lo general están relacionadas, y el sentido se infiere por el contexto.
Pero eso crea un problema a la hora de leer textos como la Torá, pues el significado de muchas palabras puede cambiar según las vocales que incluya.
Es por eso que fue necesario indicar cómo deben ser pronunciadas las palabras, y para eso se introdujeron las llamadas nekudot (nikud, en singular), signos especiales (llamados “diacríticos”) que señalan las vocales.
El sistema fue creado alrededor del año 500 ec en Tiberiades, en Israel.
La introducción de las nekudot no anula, sin embargo, la riqueza interpretativa que permite su ausencia en el texto original de la Biliba: la permite derivar múltiples significados de un mismo texto, y de hecho es lo que la mantiene “viva” en cada generación, diferente pero siempre la misma..
El amplio universo de posibles formas de pronunciación abre infinitas posibilidades de interpretación.
Y, en un plano más místico, ese reordenamiento de las vocales revela nuevas dimensiones que proveen de la sabiduría infinita de Dios.
Más aún: las nekudot son comparadas al alma, el alma de las palabras, pues les dan vida mientras están ocultas.
Las nekudot se dividen en varios tipos, según su estructura y ubicación en relación a las letras:
Las tres vocales representan los tres mundos, superior, medio e inferior, y son:
“Jolam”: que están encima de las Otiot (letras hebreas)
“Shuruk” o “Melafum”, colocadas dentro de las letras (como en el caso de la Vav)
“Jirik” , ubicadas debajo de las letras
Las tres nekudot compuestas son “tzere”, “segol” y “sheva”, y representan la composición o la construcción de los mundos
Y las dos restantes, “patah” y “kamatz”· representan sus movimientos