La gematria da un inquietante cariz a la pregunta “¿Cuál es la respuesta a las preguntas últimas sobre la vida, el universo y el todo?”
Haz la prueba. Busca en Google “What is the answer to life, the universe and everything” (así, entrecomillado y en inglés).
La respuesta será… ¡42!
La respuesta inicial no tiene nada de misteriosa: The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy es una serie de cómics de ciencia ficción que se ha hecho popular entre los científico fanáticos del comic.
En la primer novela, un grupo de seres pan-dimensionales hiperinteligentes exigen que la “Respuesta a la preguntas últimas sobre la vida, el universo y el todo” les sea dada por la supercomputadora, Deep Thought, especialmente diseñada para ese propósito.
A Deep Thought le lleva millones y medio de años calcular y verificar la respuesta, que resulta ser 42.
Por qué 42 sigue siendo un misterio, y quizás a los autores simplemente se les ocurrió ese número, como se les podría haber ocurrido cualquier otro.
Todo hubiera quedado en material para un capítulo de The Big Bang Theory, si a algunos nerds israelíes no hubieran tenido la idea de aplicar la gematria (el uso de los valores numéricos de las palabras en hebreo, para revelar revelan nuevos patrones y significados) a la palabra Google en hebreo (גוגל).
La suma de todas sus letras da… ¡42!
Si esta inquietante premonición sobre el rumbo que está tomando la tecnología aún no te ha dado un escalofrío, tenemos más.
En el Talmud de Babilonia,se dice que el nombre de Dios es… el Nombre de cuarenta y dos letras.
Y, en la tradición cabalística, ¡42 es el número con el que Dios crea el Universo !
El Nombre de 42 Letras, en la Kabalá, se explica como una combinación de cuatro nombres que tienen en total 42 letras hebreas, y es el nombre de Azilut(“Emanación”), el más elevado de los cuatro mundos en los que existe el Arbol de la Vida. .
Azilut es conocido como “el mundo de las emanaciones” (divinas) o “el mundo de las causas”. Cada una de las sefirot está, en este mundo, asociada a un Nombre de D’s.
Azilut es, entonces, el reino de la pura divinidad, en donde solo reina la Shejiná, la Presencia Divina: omnipotente, omnipresente, omnisciente: invisible a los ojos pero que sabe todo de nosotros.
¿No te recuerda a algo…? ¿Ahora sí comienzas a tener escalofríos…?