Si crees que sabes quienes son los sodomitas de hoy en día, piénsalo de nuevo…
En la mayoría de las lenguas occidental, se emplea la palabra “sodomita” como sinónimo de “homosexual”. La lectura del texto bíblico que relata la historia de Sodoma, sin embargo, revela que esta analogía no tiene ningún sustento en la Biblia. ¿Cuál fue, entonces, el “pecado” de Sodoma? ¿Quiénes eran los sodomitas en la Biblia? La rabina estadounidense Jill Jacobs da una respuesta en un post reciente, en el que escribe sobre la política migratoria de la administración Trump. Jacobs, directora ejecutiva de ‘T’ruah: Llamamiento rabínico por los derechos humanos‘, dice que, si bien la Torá (la Biblia) no especifica cuál fue el pecado de Sodoma, sí da pistas importantes cuando relata que los habitantes de Sodoma rodearon la casa de Lot para exigir la entrega de los dos mensajeros divinos, probablemente para ser violados en grupo. El pecado de Sodoma fue, entonces, la violación del deber de hospitalidad hacia los extranjeros, sagrado en las sociedades de entonces, y una de las principales mitzvot (deber religioso) para el patriarca Abraham, tío de Lot. Para el profeta Ezequiel, “este fue el pecado de tu hermana Sodoma: ¡arrogancia! Ella y sus hijas tenían pan en abundancia y tranquilidad imperturbada, y aún así no tendieron la mano a pobres y necesitados“; “(Ezequiel 16:49).
En contraste con Abraham, que ofrece a los viajeros la oportunidad de lavar sus pies y disfrutar de una comida caliente, los residentes de Sodoma responden a los visitantes con amenazas de inaudita violencia. El Talmud es aún más explícito: “(La gente de Sodoma) dijo: Ya que el pan sale de nuestra tierra y es como el polvo de oro, ¿por qué debemos soportar a los viajeros, que llegan a nuestras puertas solo para disminuir nuestras riquezas? Ven, vamos a abolir la costumbre de viajar por nuestra tierra“. (Sanhedrín 109a). Luego continúa en el mismo sentido, imaginando una serie de prácticas engañosas y violentas que la gente de Sodoma emplearía para mutilar y matar de hambre a cualquier extranjero que se atreviera a entrar en su tierra. Pero incluso en Sodoma, recuerda Jacobs, algunas personas valientes se atrevían a la desobediencia, y a menudo pagaban el precio. “Una cierta doncella le dio a un hombre pobre pan, (escondido) en una jarra. Cuando se supo, la cubrieron de miel y la colocaron en el parapeto de las murallas, y las abejas llegaron y la consumieron (a la doncella)” (Sanhedrín 109b). Y ese fue, para Jacobs, el otro pecado de Sodoma: los ciudadanos que engañaban y atacaban a los extranjeros eran respetuosos de la ley. Los antiguos rabinos entendieron que sociedades inmorales como Sodoma se justifican mediante el establecimiento de leyes a su vez injustas e inmorales.
Así es como el Talmud identifica a los cuatro jueces de Sodoma con nombres que se traducen más o menos como “Mentiroso”, “Mentiroso habitual”, “Falsificador” y “Pervertidor de la justicia”.