Una fiesta como no hay otra en el calendario judío, que incluye una plegaria muy especial…
Shemini Atzeret es técnicamente una festividad en si misma, pero es más a menudo considerado como el octavo y último día de Sucot (Levítico 23: 36 y 39).
La celebración se origina en la Biblia, que indica que debe haber una reunión solemne (atzeret) en el octavo día (shemini) después del comienzo de Sucot (Números 29:35).
Durante este día, el 22 de Tishrei, se dice una oración por la lluvia (tefilat hagueshem). La oración expresa la ansiedad natural que se siente en Israel por la lluvia, cuya ausencia significa hambre, sed y enfermedad. En Israel, Shemini Atzeret dura un solo día, y se confunde con la fiesta de Simjat Torá. En la diáspora, en cambio, Simjat Torá ocurre al día siguiente de Shemní Atzeret.
El jazán (cantor litúrgico) y el rabino visten túnicas blancas o los tradicionales “kittels”, una túnica blanca que se usa en diversos servicios religiosos para representar la pureza que esperamos lograr a través de nuestras oraciones en esos días santos.
Las plegarias se cantan con melodías semejantes a las que se usan en Iom Kipur, comenzando así la temporada de lluvias en Israel.
Se espera para rezar por la lluvia hasta después de Sucot para poder (con suerte) tener días secos para poder sentarnos en la sucá sin terminar empapados.
Shemini Atzeret viene después de las Altas Fiestas y de Sucot, y por ello la tradición judía le asigna el significado de una oportunidad para respirar profundamente y reflexionar después de todas las celebraciones y plegarias que se sucedieron durante las dos semanas anteriores, y antes de retomar nuestras rutinas diarias normales.
Fuera de ello, este día no tiene ningún mandamiento especial excepto el de celebrar la festividad y estar alegres, salvo la prohibición de realizar cualquier trabajo productivo (melejet avodá), como en otras festividades. Sheminí Atzeret se considera una ocasión en que el pueblo judío “se demora”, para pasar un día más con Dios al final de Sucot.
El gran comentarista bíblico Rashi cita la parábola de un rey que invita a sus hijos a comer con él durante varios días, pero cuando llega el momento de que se vayan, les pide que se queden un día más, ya que es difícil para él separarse de ellos.
Sheminí Atzeret es por ello una fiesta modesta, sólo para celebrar la relación especial con Dios.
Una interpretación diferente, pero relacionada, es la que traduce atzeret como “retener”: como dijimos más arriba, durante las fiestas hemos experimentado un fervor religioso elevado y un espíritu más devoto. Este último día se dedica a una recapitulación del mensaje de esos días, con la esperanza de que se mantendrá el resto del año.
La liturgia de Shemini Atzeret introduce la siguiente frase, que se recitará hasta la Pascua, en la oración de la Amidá: mashib ha’rua’j u’moreed hagashem (“Quien hace que sople el viento y caiga la lluvia”), que no es realmente un pedido por las lluvias, sino una alabanza y reconocimiento de que Dios es su causa y origen.
El pedido formal por las lluvias (tefilat hagueshem) se dice una sola vez en el año, en Sheminí Atzeret, y es la plegaria inaugural por la lluvia. La plegaria comienza con la mención del ángel “Af Bri”, que según la Kabalá es el encargado de traer las lluvias, y consta de seis partes, cada una de las cuales se refiere a eventos relacionados con el agua en las vidas de Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón y las Doce Tribus.
Aquí hay una traducción de la oración por la lluvia:
Dios nuestro y Dios de nuestros antepasados
Acuérdate de Abraham, que fluyó hacia ti como agua.
Lo bendijiste como un árbol plantado junto a corrientes de agua.
Lo rescataste del fuego y del agua.
Pasó tu prueba plantando buenas obras junto a todas las fuentes de agua
Por el amor de Abraham, no retengas el agua
Recuerda a Isaac, cuyo nacimiento fue predicho cuando Abraham ofreció a los ángeles un poco de agua
Le pediste a su padre que derramara su sangre como agua
En el desierto, Isaac cavó y encontró pozos de agua
Por el amor de Isaac, no retengas el agua
Recuerda a Jacob, quien cruzó el agua del Jordán
Valientemente hizo rodar la piedra de la boca del pozo de agua
Luchó con un ángel hecho de fuego y de agua
Y por eso prometiste estar con él a través del fuego y del agua
Por el amor de Jacob, no retengas el agua
Recuerdae a Moisés, quien fue sacado del agua del Nilo en una canasta de juncos
Quién ayudó a las hijas de Jetro: sacó agua y dio agua a las ovejas
Golpeó la piedra y salió agua
¡Por amor de Moisés, no retengas el agua!
Recuerda a Aarón, el Sumo Sacerdote, quien, en Yom Kippur, se lavó cinco veces con agua
Oró y fue rociado con agua purificadora
Se mantuvo apartado de un pueblo tan inestable como el agua
Por el amor de Aaron, no retengas el agua
Recuerda a las Doce Tribus que
Atravesaron las aguas divididas;
Por quienes endulzaste el agua amarga;
La sangre de sus descendientes se derramó como agua
Vuélvete a nosotros, Dios, que estamos rodeados de problemas como por el agua
Por el bien del pueblo judío, no retengas el agua
Eres Adonai, nuestro Dios
Que hace soplar el viento y caer la lluvia
Por bendición y no por maldición. Amén.
Por la vida y no por la muerte. Amén.
Por abundancia y no por escasez. Amén.